domingo, 20 de enero de 2013
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Ya se sabía, los saqueos tienen muchos culpables, pero la base está.



Muchos informes presentados durante el 2012 a autoridades de la provincia y a la misma presidenta Cristina alertaban la insostenible situación de los barrios vulnerados de Bariloche, la mayoría de estos informes consignaban que “el alto era una bomba de tiempo”, sigue siéndolo. Es cierto que Goye nunca estuvo a la altura de las circunstancias y su gestión rodeada de mafias desplazó más temprano que tarde a todos los que tuvieran ganas de trabajar en serio, pero hoy el gobernador busca ponerlo en el rol de único culpable de todos los males y lo cierto es que pasillos adentro del gobierno provincial se buscó apagar el fuego con nafta, durante todo el 2012 se anunció mucho pero se aportó casi nada a Bariloche con el argumento de que era una agujero sin fondo y el dinero sería deglutido por Goye y sus bandas. Pero atrás de la puja política estaba la gente, y lo sigue estando. Hay 20.000 personas viviendo en una situación insostenible, 7000 barilochenses sin baño, 2400 hogares sin piso y sin aislación en el techo. Tras la debacle radical ya pasó 1 año del nuevo gobierno (no es mucho pero es demasiado), el que prometía que con la alineación todo mejoraría pero… estamos con una revocatoria en marcha y echándole injustamente el fardo a 5 cooperativistas que más allá de sus grotescos modales distan mucho de ser los culpables de este Bariloche. No hay mea culpa del gobernador, y él también lo fue de Bariloche durante el último año.

En INDEC muestra sus números, exactos y sólidos números, algunos que cuesta mucho creer, otros que la oposición trata de rebatir sin argumentos, pero lo que es indiscutible es que detrás de cada número hay una persona de carne y hueso, con nombre, apellido, historia, tal vez hijos, o padres, o hermanos, seguro que con vecinos, que también son un número dentro de las estadísticas oficiales o particulares.
Las políticas sociales del kirchnerismo son claramente un avance con respecto a la asesina indiferencia del gobierno de De La Rua o a la activa y criminal acción del menemato y sus políticas neoliberales que dejaron varias veces los desaparecidos de la dictadura tal como alertó muchos años antes Rodolfo Walsh en su carta abierta a la Junta Militar, pero no termina de irse esa sensación de divorcio entre el discurso y la realidad, sobre todo cuando se recorren los barrios de arriba, esos a los que los funcionarios poco van y por ende a los que no les llega la inversión pública en proporción a sus necesidades, ni mucho menos.
Con un compañero charlábamos hace unos meses sobre que buen ejercicio político sería que el gobierno municipal y por qué no los tribunales, se trasladen por ejemplo al Nahuel Hue, que todos los barilochenses que necesitan hacer un trámite, el gobernador cuando nos visita con sus anuncios, o Pichetto, y por supuesto el intendente con sus ministros, los concejales y hasta la caravana de periodistas que los siguen todos los días, y mejor que todo los jueces con su ajusticiamiento solo para pobres, tuvieran que ir todos los días a cumplir sus funciones a un barrio que simboliza perfectamente a la otra Bariloche, la que no entra dentro de las fiestas, los anuncios, las postales, manejar todos los días sus autos por las calles del Nahuel Hue, tener que entrar en días de lluvia o nieve, ir viendo al pasar, ¡solo eso sería tan productivo!, ir viendo al pasar…, pibes en pata en el frio, casas de chapa, casas de nylon, gente que mira al que pasa, gente que arrastra ramas y tiene su historia, tiene sus sueños truncados, esa que si bien puede haber sentido una mejoría en los últimos años, está tan lejos, …está tan ausente del cuadro que pinta el discurso oficial, con records de recaudación, crecimiento chino, reservas record. De esta forma, con el solo ir viendo al pasar, sería tanto más fácil redireccionar el esfuerzo para hacer una ciudad que nos incluya a todos, sería un empujón diario de compromiso para los funcionarios pero también para muchos barilochenses que promueven la ciudad partida que tenemos con comentarios discriminatorios en las redes sociales y con ese eterno egoísmo que tironea reclamando canteros, o peatonales, o shoppings, y tantos etcéteras tan importantes para el que hace de eso su mundo, pero tan lejos en prioridad de la inversión necesaria para no tener chicos comiendo del basurero o para empezar a tener jóvenes con oportunidades, o madres que puedan cocinar una comida para toda la familia, y que junto al padre, ese que es el más ausente en la familia vulnerada, puedan sentarse en una mesa familiar, de una casa con los servicio básicos, y llevar adelante su familia.
Mientras todo esto no pasa la rosca política sigue dejando muertos, políticos y de carne y hueso, ¿o no son muertos de carne y hueso de la rosca política todos los pibes muertos por balas policiales, o de bandas, o del penal, o la mortalidad infantil más allá del promedio nacional que se da en los barrios más pobres, o los grandes que mueren jóvenes por alcoholismo o drogas, o porque la salud pública para los pobres no es lo mismo que la de los incluidos?
Los saqueos que vivimos en navidad, más allá de organizadores o padrinos políticos no pueden terminar de entenderse sin una crisis social latente que como bomba escondida pero activa nos explota una vez al año en Bariloche. Los que caminan los barrios abandonados de la política oficial lo vienen alertando, pero bueno, hoy estamos… investigando los saqueos y tratando que el responsable sea el otro.    

Fernando Fernández Herrero


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